Hay cientos de millares de millones de galaxias en la fracción
observable del universo, repletas de estrellas y quién sabe de cuántos
planetas. En vez de sentir vértigo por lo apabullante de estas cifras, los
astrofísicos han aprendido a usar la luz que llega hasta los telescopios,
después de que haya viajado miles de millones de años, para obtener mucha
información acerca de las galaxias. Con ella son capaces de inferir (no siempre
con mucha precisión) la masa, la velocidad, el tamaño y la composición de
muchos de estos universos que surcan el «vacío». Y por eso, con el paso de los
años se ha descubierto que hay galaxias activas que actúan como criaderos
de estrellas, y otras «estériles» a las que solo les quedan estrellas viejas e
hinchadas.
Esto despierta la duda de si a estas galaxias decrépitas la
muerte les llega de forma lenta y progresiva, dulce se podría decir, o si por
el contrario es más bien traumática. Para averiguarlo, los científicos
siempre han estudiado la composición de hidrógeno y de metales de las
galaxias, puesto que el primero es la materia prima básica para hacer
estrellas, y por tanto es más abundante en galaxias activas, mientras que los
segundos se van produciendo a medida que nacen nuevas estrellas. Pues bien,
según un estudio publicado este miércoles en la revista «Nature», que ha
analizado estas huellas dactilares de composición galáctica, parece ser
que las galaxias agotan poco a poco el gas con el que crían nuevas
estrellas y que por ello mueren por «estrangulación».
«Descubrimos que el contenido de metal de una galaxia muerta
es mayor que el de una galaxia activa de masa similar», ha explicadoRoberto
Maiolino, co-autor del nuevo estudio en el que han participado la Universidad
de Cambridge y el Real Observatorio de Edimburgo.
Esto quiere decir, según los investigadores, que
el proceso de formación de nuevas estrellas se va apagando
progresivamente, lo que «es consistente con un proceso de estrangulación
(agotamiento paulatino de este gas)».
En caso contrario, en el momento en que se produjera una
muerte abrupta, la formacion de las estrellas se detiendría de repente, y
el contenido de metales de un cadáver reciente debería ser similar al de un
cadáver más antiguo. Resultado que no se ha encontrado en este estudio.